La Salvación: el hombre agente pasivo

Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que escribí en el blog, pero gracias a Dios, vuelvo a tener la oportunidad de hacerlo. En estos últimos meses estoy aprendiendo mucho en cuanto a la salvación de las personas, enfatizando sobre manera que yo, no soy más que un agente pasivo en ella, que es Dios quien hizo la obra por medio de Su Hijo y por Su Espíritu, quien obra en mi.

Muestra de que somos agentes pasivos están los siguientes versículos:
Efesios 2:1 Y Él os dio vida a vosotros, estando muertos en vuestros delitos y pecados.
Efesios 2:5 aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).
Colosenses 2:13 Y cuando estabais muertos  en vuestros delitos y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con Él, habiéndonos perdonado todos los delitos.
1ª Juan 4:9 En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de Él.
1ª Juan 5:11 Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo.
Juan 6:33 Porque el pan de Dios es el que baja del cielo, y da vida al mundo.

Hay más textos que nos dicen literalmente que Dios es quien da la vida, y Juan 14:6 nos muestra esto en las palabras de Jesús Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al padre sino por mí.

Creo que si tuviéramos claro que somos salvos solo por OBRA Y GRACIA DE DIOS, cambiarían muchas cosas en nuestra vida, y la primera es la repetición o monotonía en nuestra oraciones, en las cuales no podríamos dejar de dar gracias a Dios cada vez que hablamos con Él por lo que ha hecho por nosotros sin ser merecedores de ello, ¿doy gracias a Dios por la Salvación cada vez que oro? ¿Doy gracias a Cristo por su sacrificio en la cruz por cada uno de sus hijos?

Gracias a Dios porque me ha concedido CREER en Él (Filipenses 1:29). ¿Qué mérito tengo yo en la salvación? Ninguno, soy un agente pasivo.